CIENCIAS UNA RESEÑA HISTÓRICA.

El presente texto que contiene una reseña histórica ilustrativa de la concepción y avance de la ciencia, así como la caracterización de las distintas ramas fue recuperado de los escritos de F. Engels.

DATOS HISTÓRICOS

La moderna ciencia de la naturaleza la única de la que podemos hablar en cuanto ciencia, en contraste con las geniales intuiciones de los griegos y las investigaciones esporádicas e incoherentes de los árabes data de aquella formidable época en que el feudalismo se viene a tierra bajo los embates de la burguesía fondo de la lucha entre los vecinos de las ciudades y la nobleza feudal, se divisan los campesinos sublevados y, tras ellos, los comienzos revolucionarios del proletariado moderno, ya con la bandera roja en la mano y el comunismo en los labios, de la época que hizo surgir en Europa las gran-des monarquías, que abatió la dictadura espiritual del papa, que hizo brotar de nuevo como por encanto la antigüedad griega, y, con ella el más alto florecimiento artístico de los tiempos modernos, que derribó las fronteras del viejo orbe y descubrió, realmente, por primera vez la tierra.

Fue la más grande revolución hasta entonces conocida por la tierra. También la ciencia de la naturaleza unió sus destinos a ella, se mostró revolucionaria hasta el tuétano, se desarrolló paralelamente con la naciente filosofía moderna de los grandes italianos y dio sus mártires a las hogueras de la Inquisición y a las cárceles. Es bien significativo que en la persecución contra sus progresos rivalizasen protestantes y católicos. Si unos quemaron a Servet, otros mandaron a la hoguera a Giordano Bruno, Era una época que requería titanes y supo engendrarlos, titanes en cuanto a sabiduría, espíritu y carácter; la época que los franceses llamaron certeramente el Renacimiento y a la que la Europa protestante, con limitación unilateral, dio el nombre de la Reforma.

También la ciencia de la naturaleza emitió por aquel entonces su Declaración de la Independencia, aunque ésta no se produjera al comienzo mismo, del mismo modo que Lutero no fue el primer protestante. Lo que en el campo religioso significó la quema de las bulas por Lutero, fue lo que en la ciencia de la naturaleza vino a significar la gran obra de Copérnico, en la que éste, hombre en verdad tímido, al cabo de treinta y seis años de titubeos y ya en el lecho de muerte por así decir-lo, arrojó el guante a la superstición eclesiástica. A partir de entonces, la investigación de la naturaleza quedó esencial-mente emancipada de la religión, aunque este proceso de emancipación sigue perfilándose todavía hoy en sus detalles, y son aún muchas las cabezas en que aún no se ha terminado. Pero el desarrollo de la ciencia comenzó con paso de gigante a partir de entonces, redoblando su marcha, por así decirlo, en proporción del cuadrado con respecto a la distancia en el tiempo, refiriéndonos a su punto de partida, como si quisiera hacer ver al mundo que en el movimiento de la más alta floración de la materia orgánica, que es el espíritu del hombre, rige la ley inversa que la materia inorgánica.

El primer período de la ciencia moderna de la naturaleza termina en el campo de lo inorgánico con Newton. Es el período en que la ciencia llega a dominar toda la materia dada, en la que logra grandes realizaciones en los campos de la ma-temática, la mecánica y la astronomía, sobre todo gracias a Képler y Galileo, las conclusiones de cuyas doctrinas sacará Newton. En cambio, el campo de lo orgánico no salió de los primeros rudimentos. No se conocían aún la investigación de las formas de vida históricamente superpuestas y que iban desplazándose unas a otras, ni la de las correspondientes condiciones cambiantes de vida, la paleontología y la geología. No se consideraba aún a la naturaleza, en general, como algo sujeto a desarrollo histórico y que tiene su historia en el tiempo; sólo se tomaba en consideración la extensión en el espacio; las diferentes formas se agrupaban únicamente las unas junto a las otras, pero no unas tras otras; la historia natural regía para todos los tiempos, como las órbitas elípticas de los planetas. Faltaban los dos primeros fundamentos sobre que pudiera hacerse descansar cualquier investigación un poco detallada de las formas orgánicas, a saber: la química y el conocimiento de la estructura orgánica esencial, de la célula. La ciencia de la naturaleza, en sus comienzos revolucionaria, tenía ante sí una naturaleza totalmente conservado-ra, en la que todo seguía siendo hoy tal y como había sido en los comienzos del mundo y en la que todo permanecería igual hasta la consumación de los siglos.

Es significativo que esta concepción conservadora de la naturaleza, tanto en lo inorgánico como en lo orgánico [...]

Astronomía Paleontología Fisiología vegetal Mecánica Física Mineralogía Fisiología animal Terapéutica Matemática Química Geología Anatomía Diagnosis 165 Primera brecha: Kant y Laplace. Segunda: Geología y paleontología (Lyell, evolución lenta). Tercera: química orgánica, elaboración de los cuerpos orgánicos y prueba de la validez de las leyes químicas para los cuerpos vivos. Cuarta: 1842, [teoría] mecánica [del] calor, Grove. Quinta: Darwin, Lamarck, célula, etc. (lucha, Cuvier y Agassiz). Sexta: el elemento comparativo en anatomía, climatología (isotermos), geografía animal y vegetal (viajes y expediciones científicos desde mediados del siglo XVIII) y geografía física en general (Humboldt), reunión y ordenación de materiales. Morfología (embriología, Baer),

La vieja teología se ha ido al diablo, existiendo ahora la certeza de que la materia, en su ciclo eterno, se mueve con sujeción a leyes que, al llegar a una determinada fase -unas veces aquí y otras allá producen necesariamente, en los seres orgánicos, el espíritu pensante.

La existencia normal de los animales, dada en las condiciones simultáneas en las que viven y a las que se adaptan: las del hombre, a partir del momento en que se diferencia del animal en sentido estricto, no se han presentado todavía con anterioridad y será el desarrollo histórico futuro el que se encargue de plasmarías. El hombre es el único animal capaz de sus-traerse con su trabajo al estado puramente animal; su estado normal es el estado que él mismo se crea, con arreglo a su conciencia.

RAMAS DE LAS CIENCIA

Estudiar el desarrollo sucesivo de las distintas ramas de la ciencia de la naturaleza. Primeramente, la astronomía, cuyo conocimiento era ya absolutamente necesario para los pueblos pastores y agricultores, aunque sólo fuese por el cambio de las estaciones. La astronomía sólo puede desarrollarse con ayuda de la matemática. Por tanto, hubo que abordar también ésta. Enseguida, al llegar a una cierta fase de la agricultura, en ciertas regiones (elevación del agua para el riego, en Egipto), y sobre todo con la aparición de las ciudades, con las grandes construcciones y con el desarrollo de la industria, la mecánica, que pronto se hace necesaria igualmente para la navegación y la guerra. También ella necesita de la ayuda de la matemática e impulsa, así, su desarrollo. Vemos, pues, que ya desde el primer momento se hallaron el nacimiento y el desarrollo de las ciencias condicionados por la producción.

Durante la antigüedad, la investigación científica, en el sentido estricto de la palabra, quedó limitada a estos tres campos, y, además, como investigación exacta y sistemática, solamente en el período postclásico (los alejandrinos, Arquímedes, etc.). En materia de física y química, que apenas si se separaban todavía en las cabezas de las gentes de aquel tiempo (teoría de los elementos, ausencia de toda idea del elemento químico), de botánica, zoología, anatomía humana y animal, no podía hacerse, por entonces, otra cosa que coleccionar hechos y ordenarlos del modo más sistemático posible.

La fisiología, en cuanto se alejaba de los fenómenos más tangibles tales como, por ejemplo, la digestión y la excreción, procedía por tanteos, como necesariamente tenía que suceder, mientras no se llegase a conocer siquiera la circulación. Al final de este período, aparece la química bajo la forma de la alquimia.

Y cuando, tras la tenebrosa noche de la Edad Media, renacen de pronto las ciencias, con fuerza insospechada y con la celeridad del milagro, es una vez más la producción la que lo provoca. En primer lugar, desde las Cruzadas se había des-arrollado en enormes proporciones la industria, sacando a luz una gran cantidad de nuevos hechos mecánicos (en la in-dustria textil, la relojería y la molinería), químicos (en la tintorería, la metalurgia y la destilación de alcohol) y físicos (en la fabricación de lentes), hechos que, no sólo suministraban un material inmenso de observación, sino que, además, aportaban por sí mismos medios de experimentación muy distintos de los empleados hasta entonces y hacían posible la construcción de nuevos instrumentos; podría afirmarse que es ahora cuando comienza la ciencia experimental verdaderamente sistemática. En segundo lugar, ahora se desarrolla como un conjunto coherente toda la Europa occidental y central, incluyendo a Polonia, aunque siguiera figurando a la cabeza Italia, gracias a su añeja civilización. En tercer lugar, los descubrimientos geográficos emprendidos exclusivamente con un fin de lucro y, por tanto, en última instancia, al servicio de la producción pusieron de manifiesto un material inmenso, hasta entonces inasequible, en el campo meteorológico, zoológico, botánico y fisiológico (humano). En cuarto lugar, existía la imprenta Ahora si prescindimos de la matemática, la astronomía y la mecánica, que ya existían, vemos que la física se emancipa definitivamente de la química (Torricelli y Galileo, el primero de los cuales, acuciado por la necesidad de construir obras hidráulicas, estudió por primera vez el movimiento de los líquidos, véase Clerk Maxwell). Boyle estabilizó la química como ciencia y Harvey, al descubrir la circulación de la sangre, la fisiología (la humana y, en relación con ella, la animal). La zoología y la botánica siguieron siendo, por el momento, ciencias coleccionadoras hasta que apareció la paleontología Cuvier y hasta que vinieron, poco después, el descubrimiento de la célula y el desarrollo de la química orgánica. Esto hizo posible la morfología y la fisiología comparadas, y a partir de entonces ambas, la zoología y la botánica, se convirtieron en verdaderas ciencias. A fines del siglo pasado (XVIII) fue fundada la geología y recientemente la mal llamada antropología, que facilita el tránsito de la morfología y la fisiología del hombre y de sus razas a la historia. Hay que se-guir estudiando y desarrollando esto en detalle."

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