LOS EDUCADORES POPULARES QUE QUEREMOS SER

FUNDAMENTOS PARA EL CAMBIO

Nuestra propuesta educativa ―elaborada a partir de las condiciones reales del pueblo mexicano― pone al ser humano y al sujeto como eje central, con una visión a largo plazo de lo que se desea para los educandos y su colectividad.

Para lograrlo, es necesario impulsar una cultura de participación social protagónica en los asuntos de la vida social, como una nueva forma de organizar la vida y el trabajo, en la que todos los ciudadanos puedan ser partícipes del ejercicio de la soberanía.

Los ejes de nuestro proyecto son la democracia, la solidaridad, la dignidad y la convivencia multicultural, desde los cuales resolveremos interrogantes cruciales como: ¿Para qué educar?, ¿En qué educar?, ¿Cómo educar?, ¿A favor de qué y de quién educar?, ¿En contra de qué y de quienes educar?

Por ello, sostenemos la necesidad de una nueva racionalidad de la vida, que recupere la alegría y la esperanza, el deseo de investigar y de estudiar, el respeto a los desarrollos ecológico, el amor a la vida y el compromiso con la preservación del planeta.

COMPROMISO ÉTICO DE QUIENES PROPONEMOS EL CAMBIO

Nos reconocemos como parte de un extendido movimiento pedagógico nacional, constituido por trabajadores de la educación, padres de familia, estudiantes y los diferentes pueblos que constituyen al país.

El proceso educativo es una acción humana, por tanto ―y a pesar del adverso contexto y la rigidez de la acción oficial― en el magisterio nacional se debate la actitud indolente de pocos contra la extraordinaria sensibilidad y compromiso social de los muchos, quienes se preocupan por comprender los procesos formativos. Ese compromiso ético de aula y escuela, se materializa en un sujeto colectivo en la medida en que el docente rompe controles, resiste, protesta y cobra consciencia de su ser para el pueblo. Desde ese actor político-pedagógico se formulan compromisos éticos como los siguientes:

  • Una amplia formación científica, técnica y humanística. Esto es: prepararnos desde ahora para el trabajo manual e intelectual. Recuperar el estudio de la filosofía, los fundamentos y método del materialismo dialéctico, así como conocer el devenir histórico de las ciencias de Asia, África, Europa, América y Oceanía.
  • Una educación en el ejercicio efectivo de la democracia y del poder de base. Convertir la escuela en un centro político de debate de las ideas, de discusión de los problemas y de trazo de alternativas para resolverlos. Recuperar el derecho a pensar, a acceder a los conocimientos, a usar racionalmente los adelantos técnicos y científicos, a desplegar la libre expresión, reflexión, argumentación, crítica, toma de decisiones, ejecución de acuerdos, fiscalización y elección directa de nuestros representantes.
  • La construcción de nuestra identidad como clase asalariada y como nación. Recuperar los aportes culturales de la humanidad en general y en particular de nuestra patria, de nuestros pueblos, además de nuestra historia, memoria y ejemplo de nuestros antecesores.
  • Aprender a ser pueblo, hacer pueblo y estar con el pueblo, en síntesis: Aprender del pueblo.
  • Ser parte de una nueva intelectualidad, apropiarnos de una amplia formación histórica, pedagógica y técnica de base científica.
  • Desarrollar una actitud crítica ante la realidad, confirmando lo que no nos gusta y debemos cambiar y potenciando lo que desde ahora forma parte de ese nuevo tiempo de la dignidad y la felicidad humana.
  • Cambiar los formatos y rutinas hacia la transformación del cotidiano escolar, dejar de ser técnicos-instructores-reproductores dóciles.
  • Mantener la vida orgánica del colectivo escolar, para fortalecer la planeación participativa desde una perspectiva histórico-social.
  • Incorporar la interdisciplinariedad como filosofía y método de trabajo. Diseñar los nodos interdisciplinarios a partir de los cuales se debe orientar todo el proceso educativo, encaminado a una nueva racionalidad, hacia la comprensión global de la realidad concreta.
  • Combatir las tensiones en la escuela y, en su lugar, construir un clima afectivo, lúdico y de amor al trabajo.

Queremos ser maestras y maestros con plena conciencia de clase, preparados y seguros de nosotros mismos, conscientes de nuestro papel social, comprometidos con una educación de calidad, a partir del sentido común, la sensibilidad y el sentido filosófico y pedagógico. Nos declaramos ávidos y siempre abiertos a enseñar a los niños y jóvenes dónde buscar la libertad, cómo alimentar la esperanza y forjar la cooperación para fortalecer su desarrollo íntegro y creativo.

COMPROMISOS DEL EDUCADOR POPULAR

El educador popular se centra en los procesos de formación humana, más allá de la escuela, impacta a sus alumnos, a sus familias y a las comunidades. Se reeduca, investiga para transformar su entorno.

Debe ser coherente, integro, razonable, con sentido común, respetuoso de sus ancianos, niños y jóvenes.

Como Educadores Populares, nuestro objetivo central: Desarrollar y generalizar el PROGRAMA DEMOCRÁTICO DE EDUCACIÓN Y CULTURA PARA EL ESTADO DE MICHOACÁN (PDECEM), en todas la Escuelas del Estado y del país.

Los compromisos que nos hemos establecido son:

1.- El maestro con identidad y postura en la noble tarea pedagógica; cumplido, puntual, solidario, laborioso, creativo.

2.- El maestro visionario, previsor, con fines y objetivos claros, que se orientan desde nuestro PDECEM, en la planeación del trabajo.

3.- El maestro de alta moral humanista, humilde, afectuoso, que ama su trabajo, su patria, a sus semejantes y a sus estudiantes.

4.- El maestro con juicio político, que contribuye al empoderamiento del colectivo pedagógico, promotor de la cultura democrática, asamblearia, que escucha y aprende, con liderazgo social y respeto de los derechos políticos más avanzados.

5.- El maestro consciente con amplio desarrollo neuronal, lingüístico, cognitivo, juicio crítico, actitud científica y voluntad de transformación.

6.- El maestro con arraigado sentido estético, sensible, solidario, honesto, sincero que busca su realización humana con el otro y en el otro, en su trabajo colectivo creador, creativo y emancipado.

7.- El maestro sindicalista, con capacidad de indignación y fuerte compromiso con la justicia social.

8.- El maestro que siempre se está formando estudioso, curioso, reflexivo, observador, investigador e inventor de modelos nuevos.

9.- El maestro con desarrollado patriotismo, comprometido con el desarrollo social y humano de su comunidad, de su pueblo, de su patria y de la humanidad.

10.- El maestro virtuoso, político, artista, comunicador, mediador y promotor cultural, defensor de su escuela y su materia de trabajo, respetuoso de la condición humana de la vida y del planeta.

Con esto, iniciamos una gran tarea, construir un nuevo ser humano; mujeres y hombres libres, dignos, críticos y creativos, trasformadores de su realidad y su mundo.

© 2016 Agencia WEBX. P° de la Castellana 79, Madrid, 28046
Creado con Webnode
¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar