LA EDUCACIÓN NEOLIBERAL EN MÉXICO

Características de le educación neoliberal.

La derecha que ahora usurpa el gobierno está empeñada en el desarme cultural de nuestros pueblos, en formar una ciudadanía en muchos sentidos analfabeta, carentes de herramientas teóricas, desconocedora de su desarrollo cultural y de su historia como nación y como pueblo, e imposibilitada para trascender los niveles más elementales del pensamiento sensorial. Así, su estrategia del pánico social, su lógica de mediatización desplegada desde el ignominioso poder de la mentira, montado a través de los medios de comunicación masiva, tendrá mejores resultados en la tarea de la manipulación social.

Buscan la formación de una ciudadanía alienada, hundida en el desencanto, sin capacidad de explicación sobre lo que ocurre, sin esperanza, y atenida a un exacerbado individualismo.

El programa educativo neoliberal tiene como intención reproducir el sistema de dominación, formando una ciudadanía, individualista, consumista, conformista, a través de un sistema de enseñanza instrumentalista, conductista, memorístico y mecanizado que trae como consecuencia, la fragmentación del conocimiento, del sujeto, de la sociedad y la cultura.

La sociedad se debate en medio de conceptos que soportan el discurso y el proyecto neoliberal, en lo económico-laboral y educativo. Ocultos en su discurso aparecen como lapidarios, los conceptos de "competencias laborales básicas", "Reforma de la Educación Secundaria", "Reforma Integral a Educación Básica", "certificación", "calidad", "corresponsabilidad", "intervención educativa", "tutores", "facilitadores", "liderazgo", "adiestramiento", "flexibilidad y polivalencia", "tolerancia", "rendición de cuentas", "transparencia" y "habilidades digitales"; Todos, conceptos que dan cuerpo al discurso oficial, para la justificación ideológica de una política que destruye el sistema público de educación. Ese manejo ideológico y la saturación de informaciones rápidas y fragmentadas generan la dispersión ideológica actual. En lugar de una sociedad ampliamente informada e inmersa en el conocimiento universal, somos una sociedad desarmada y carente de los saberes universales, que aún está lejos de los últimos adelantos del conocimiento, la revolución de la ciencia y la tecnología.

El social darwinismo, el neoestructuralismo, el positivismo, y la perspectiva de la posmodernidad, aparecen como los sustentos teórico-ideológicos de la reforma educativa neoliberal que pretende conformar personas sin idea de sus derechos sociales. Los neoliberales han hecho avanzar sus reformas envolviéndolas en un discurso psicopedagógico amañado; usan indiscriminadamente a teóricos de izquierda como de derecha, a progresistas y a neoliberales, todo cabe en su propuesta con tal de convencer a la población de la "validez" de un esquema total de eclecticismo; igual se refieren a Piaget, que a Vigotski, a Wallon y a Skinner, materialistas o positivistas, constructivistas o conductistas, haciendo creer que existe tolerancia y pluralidad. Pregonan que todas las formas de pensar son posibles y aceptables y por lo tanto, también todas las formas de actuar. Esta es la forma de enmascarar sus verdaderas intenciones.

Las corporaciones transnacionales asociadas a organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y el Banco Mundial (BM), impusieron a nuestro país, con el beneplácito de los gobiernos en turno, un conjunto de ordenamientos para la reestructuración capitalista de la vida nacional. Así, el BM en el documento Prioridades y Estrategias para la educación de 1995, ordenó condicionar el presupuesto educativo a los resultados de aprendizaje; implantar mayores controles y mecanismos de evaluación, regresando al viejo criterio de aplicar exámenes para medir los aprendizajes.

El sustento argumentativo que la SEP usa para justificar la Reforma Integral a la Educación Básica retoma propuestas de varias corrientes teóricas y refiere indiscriminadamente a los intelectuales que las desarrollan, pero sin respetar la originalidad del discurso de cada autor, asume una especie de eclecticismo lleno de incongruencias y contradicciones, incluso con los fines de su propuesta educativa.

Del filósofo alemán Jürgen Habermas extraen la idea de la "interacción" como planteamiento central de la RIEB, el cual se transforma en el argumento oficial como "Las prácticas sociales del lenguaje para dirimir diferencias". Habermas plantea el uso del discurso en una "hipotética situación ideal de diálogo", en el que se puede establecer un discurso suficiente de entendimiento y acuerdo. La SEP lo retoma y pretende hacer creer que en una sociedad como la mexicana se puede aplicar esa interacción, omitiendo que el planteamiento de Habermas solo es hipotético. Olvidan también que, el lenguaje como una forma de entendimiento social es un instrumento de coordinación consensual, esta es su razón funcional. "Un acuerdo alcanzado comunicativamente tiene que tener una base racional; es decir, no puede venir impuesto por ninguna de las partes. El acto de habla de un actor solo puede tener éxito si el otro acepta la oferta que ese acto de habla entraña, tomando postura (siquiera sea implícitamente) con un sí o con un no frente a una pretendida validez que en principio es susceptible de crítica, si no pudiéramos hacer uso del modelo de habla no seriamos capaces de dar ni siquiera un solo paso en el análisis de qué significa que dos sujetos se entiendan entre sí.

La imposición neoliberal en el uso del lenguaje ha llevado a que nuestra época esté marcada por la pérdida de la facultad de expresarse, por el caos mental, por la disgregación de la identidad y la destrucción cultural, todo esto lleva a la pérdida de la voluntad para la acción transformadora.

Finalmente Habermas pretende reducir el concepto de "trabajo" a la idea de "interacción" porque desde su punto de vista, esta no crea conflictos entre las fuerzas productivas y las relaciones sociales de producción, con ello, elimina el trabajo como categoría analítica y la realidad misma de lucha de clases. Ahora dice, basta con dialogar y dirimir las diferencias (de clase) y establecer una convivencia (laboral) en paz. También la SEP retoma de Habermas los conceptos de "mundo de vida" y "competencias para la vida", el primero, está implicado en la "acción comunicativa" y ésta a su vez, en el mundo de vida.

El autor establece que el mundo de vida se articula en tres componentes: cultura, sociedad y personalidad. En estas tres esferas sociales se dan relaciones de comunicación y se abastecen de interpretaciones para producir el entendimiento sobre el mundo. Para la SEP, el mundo de vida es en el que se resuelven los problemas de la vida cotidiana para lo que sólo se requieren conocimientos pragmáticos desde los que se formen competencias laborales mínimas y "útiles" para que el alumno tenga el desempeño socialmente esperado.

Otro ideólogo de la SEP es Philippe Perrenoud, sociólogo francés quien centralmente promueve una variante del empirismo, la que afirma que lo importante en la actividad del ser humano es el "acto", el "hacer", y que el pensamiento reflexivo es secundario. Retoma conceptos como el de "habitus" de Piaget, pero modificando su significado y de concebirlos como una actitud de comportamiento que no varía, y frente a la cual, el organismo humano responde de igual manera ante los estímulos, Perrenoud concibe esto, como posible acto costumbrista proclive al cambio.

El alumno, dice este autor, debe responder a un problema, ejerciendo de manera mecánica la competencia desarrollada, sin pensar o reflexionar, equiparando esto a lo que afirma, "es la acción del violinista que ejecuta las notas musicales sin pensar" y continua diciendo, que los saberes racionales no bastan para hacer frente a la complejidad de las situaciones laborables, afirmando que se debe recuperar la razón práctica, los saberes de la experiencia, en la acción y sobre la acción. Hay que hacer y luego reflexionar sobre el hacer. De este autor la SEP cita recurrentemente "Las 10 competencias en educación" y "Desarrollar la práctica reflexiva en el oficio de enseñar.

En oposición a estos planteamientos teórico-pedagógicos oficializados por la SEP, nosotros nos planteamos la necesidad del estudio de la Pedagogía Crítica, la que sostiene que el estudio reflexivo y la formación teórica son primordiales; en paralelo a la praxis. Lenin decía que "Sin teoría revolucionaria no hay práctica revolucionaria". La teoría debe necesariamente concretarse en una praxis transformadora y solo allí se comprobará la veracidad de esta.

La mayor parte de los conceptos utilizados en el discurso de la reforma educativa presentan grandes inconsistencias metodológicas y sustentos epistémicos no resueltos, tal es el caso de los conceptos de campo, esquema, capital, condicionamiento, poder, arte y cultura pero sobre todo el de "competencias", extraído del ámbito empresarial e introducido forzadamente en el campo educativo y da un tratamiento equivocado a este concepto ya trabajado por Noam Chomsky, quien le asigna su significado desde el ámbito de lo cognitivo y con relación al uso del lenguaje. Para este autor, una competencia es un nivel de logro cognitivo con la creación infinita de operaciones mentales diferentes.

Por el contrario, Perrenoud afirma que no es necesario formar al niño en conocimientos amplios, enciclopédicos, sino darle la educación necesaria para resolver problemas prácticos de su vida cotidiana. Con ese argumento, la SEP suprimió el tema relativo a la historia de la conquista y de la época colonial, eliminó las referencias a las invasiones norteamericanas a nuestro país y en el nivel medio superior se plantea suprimir asignaturas de carácter humanista como Lógica, Filosofía, Sociología, Antropología, Economía, dando un tratamiento mecanicista a la Física, Química y Biología. A cambio se incrementan las llamadas salidas "ocupacionales", centradas en el aprendizaje de la computación y el inglés como base de una gran variedad de carreras técnicas ofertadas en el nivel medio superior pero de bajísimo nivel formativo, incluso en el dominio de su especialidad operativa, ya que éstas ofertas están situadas en una postura teórico-metodológica representada por Perrenoud, que es una variante del empirismo, lo que ubica a este autor como un ideólogo del neoliberalismo y pasa a formar parte de los modernos "sofistas" a sueldo del sistema capitalista mundial.

Otro intelectual orgánico al servicio del poder neoliberal es Edgar Morín, quien a partir del estudio de la cibernética, la teoría de los sistemas, la teoría de la información, la física cuántica, la termodinámica, la auto-organización de la biología y el orden a partir del ruido, construye el paradigma de la complejidad desde el que pretende organizar el proceso del saber y considerarlo como un acto interdisciplinario y transdisciplinario para lograr un pensamiento complejo. Así mismo, hace una reflexión que retoma ideas de Karl Popper, Thomas Kuhn, Lakatos, Edmund Husserl y Martín Heidegger.

Aquí cabría interrogarnos sobre los aspectos que Morín retoma de las teorías de estos autores y sobre de qué manera los incrusta en su propuesta paradigmática. Ciertamente, el pensamiento complejo no es la unidad de cualquier ciencia particular en la totalidad, sino algunos aspectos relevantes que sirven para dar coherencia y validez de verdad, tanto teórica como práctica, a una propuesta paradigmática como sistema de pensamiento.

Karl Popper, filósofo que escribió un texto llamado "La sociedad abierta", presenta un modelo con el que pretende sustentar que la libertad social se logra a través de la libertad económica, es decir, quitando las trabas que impiden el libre mercado y asegurando solo un beneficio mínimo para los trabajadores en las relaciones de producción. A esto se le llama liberalismo económico y se caracteriza por el fin del modelo de Estado Benefactor. Popper es miembro del grupo de intelectuales que se reunieron en Mont Pélerin, Suiza, después de la segunda guerra mundial e idearon el proyecto del neoliberalismo que aplicó Augusto Pinochet en Chile, Margaret Thatcher en Inglaterra y Ronald Reagan en EUA.

Martín Heidegger filósofo alemán, autor del libro "El ser y el tiempo", fue el creador de los argumentos teóricos que fundamentaron la idea del nacionalsocialismo nazi y la creación del Tercer Reich de Adolfo Hitler en Alemania. Sin embargo Edgar Morín es asiduo seguidor y admirador de los teóricos y filósofos arriba mencionados, además sustenta su planteamiento de un pensamiento multidimensional y globalizante; Perrenoud, por el contrario, plantea conocimientos útiles y suprime conocimientos amplios. Fundamentar el discurso educativo oficial en planteamientos teóricos de bases opuestas constituye una de tantas incongruencias teóricas de la SEP.

El planteamiento del pensamiento complejo, de Edgar Morín examina las interdependencias de los fenómenos y en consecuencia, es una crítica al pensamiento simplificador que plantea Perrenoud. El pensamiento complejo no se puede estudiar en sí mismo sino en relación con, o en su entorno, la parte en el todo y el todo en la parte. Pese a sus supuestas diferencias, ambos autores son representantes de la corriente filosófica-ideológica conocida como posmodernismo, y en ellos se sustenta el planteamiento de educación en competencias que finalmente, tiene débiles bases científicas para explicar el proceso de conocimiento. Edgar Morín en su libro "Educar para la era planetaria" en la página 68 dice: "de lo que se trata en el método científico es avanzar en la oscuridad y en la incerteza" (Morín, 2003, pág. 68), negando con ello la posibilidad del conocimiento como explicación de la verdad objetiva.

Podemos concluir este análisis citando los saberes que plantea la SEP en su RIEB; Aprender a conocer, o, la educación a lo largo de la vida lo cual sustenta con la propuesta de Rousseau, Dewey: Aprender a ser, sustentada con Heidegger, Ricoeur: Aprender a convivir, sustentada con Levinas, Habermas: Aprender a hacer, sustentada desde un enfoque mal entendido de Vygotsky. Sin embargo suprimen el aprendizaje primordial, omitido por interés convenenciero, nos referimos a la supresión del Aprender a transformar su entorno, su mundo, lo cual se lograría con Paulo Freire, Enrique Dussel, Karl Otto Apel, y todos los autores de la Filosofía de la liberación latinoamericana.[1]

La RIEB, con el pretexto de tener una "articulación curricular", afianza las reformas en los niveles de preescolar y secundarias, asegurando un modelo educativo de cobertura completa y basado en el enfoque de las "competencias", para desarrollar en los estudiantes "habilidades para mejorar su productividad y competitividad al insertarse en la vida económica" (estrategia 9.3 Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012). Así, desde la educación básica, se configura el adiestramiento para la sobre-explotación laboral capitalista.

En el fondo del discurso pedagógico oficial que dice considerar al alumno como el "centro de la intervención educativa", se esconde la concepción individualista que ve a los sujetos aislados de su contexto sociocultural, situación que los reduce a la condición de objetos y quitándoles la posibilidad de ser sujetos de conocimiento, lo que trae como consecuencias la profundización de sus desventajas y el rezago cultural.

Los libros de texto se han sido empobrecido al extremo: los temas no tienen un orden lógico; no cuentan con la información mínima básica sobre conocimientos alcanzados por la humanidad y sistematizados en diferentes momentos de la historia; carecen de elementos procedimentales y aplicaciones prácticas de las ciencia; son tendenciosos en algunos temas de formación cívica y de ética, tales como democracia, poder, tolerancia, etc. Por ejemplo, en relación a los transgénicos no se clarifican las implicaciones éticas que se pueden desencadenar con su uso y los efectos nocivos que provocan en los cultivos criollos y en la salud humana.

En el perfil de egreso está centrada toda la carga axiológica con la cual inculcan su visión de mundo desde la lógica del mercado, hacia la formación de un ciudadano alienado, en muchos sentidos analfabeta y dócil frente a los actos de poder. Los temas que caracterizan a una propuesta educativa que va dirigida a formar en la subordinación son: "educación del consumidor", "educación financiera", y "educación para la paz", los cuales ya se incluyen en el mapa curricular de educación primaria; así como el tipo de competencias que se priorizan desde esta propuesta.

La idea de una educación para "adecuarse a los cambios", es el enfoque que orienta la propuesta educativa oficial impuesta desde el Informe del Banco Mundial de 2003, en este se afirma que en la nueva economía global, las habilidades de los trabajadores se deprecian a una velocidad mayor que antes y los empresarios no pueden esperar hasta que lleguen las nuevas generaciones. Con este discurso se encubre la intención de formar trabajadores polivalentes que tengan múltiples habilidades para adaptarse a un régimen flexible de contratación, en el cual la parte patronal deja de tener obligaciones y el trabajador pierde sus derechos.

Los rasgos fundamentales de la actual organización y criterios para la gestión escolar tienen su antecedente, al igual que todos los elementos del sistema educativo, en el marco de la reforma educativa implícita en el ANMEB de 1992. Entre sus propósitos generales están: delegar responsabilidades financieras en las entidades, los municipios, las escuelas y finalmente, los padres de familia; priorizar la autogestión y convocar a la participación por medio de alianzas en educación, expresadas en la estrategia de imponer en todas las escuelas del país los Consejos Escolares de Participación Social.

La SEP no tiene Modelo Educativo de la buena educación que desarrolle plenamente las facultades humanas, como lo ordena el Art. 3º Constitucional. Instituye el modelo educativo de la ignorancia, para formar una sociedad en muchos sentidos analfabeta, desconocedora de su historia, de sus derechos humanos, sin identidad y con pobre desarrollo cultural, sociedad que calle, obedezca, no proteste, acepte salarios miserables y malos gobiernos. Promueve la llamada "inteligencia emocional", basada en el nihilismo. La educación de "calidad" no se refiere a una mejor educación, sino a la instrucción en "competencias", acientífica en lugar de la educación que se base en el progreso de la ciencia y la tecnología como lo ordena el Art. 3o Constitucional.

Reitera como base de la educación las competencias empresariales. Suprime la tradicional educación "bancaria", mecánico-memorística, por la instrucción para supuestamente buscar información en internet. Establece como fin, la formación de "capital humano", reafirma la visión empresarial de la educación que sólo instruye para el consumismo. Tiene como sustento la teoría de la complejidad de Edgar Morín cuya tesis principal es la indeterminación, la incerteza y en consecuencia el creacionismo. Plantea como un "error" de la humanidad caminar con certezas.

La ciencia y la tecnología bajo control de las oligarquías generan un efecto de embriaguez social que a su vez se convierte en graves procesos de enajenación social, de analfabetismo oscurantista, de destrucción de reservas culturales nativas y populares y de conformismo, apatía y derrota.

No es sencillo para el docente desentrañar las formas enajenantes y destructivas que en el día a día las aplicaciones tecnológicas neoliberales condicionan la vida de los pueblos y destruyen las reservas culturales. Para el mismo maestro es difícil desprenderse de los envolventes procesos del consumismo, individualismo, dominación de unos sobre otros, fanatismos y las falsas ideas de progreso.

Ya hay 21 generaciones afectadas por la reforma curricular salinista, millones de ciudadanos quedaron ajenos al manejo amplio y pleno de la lengua nacional; desarmados del lenguaje matemático y del razonamiento lógico; distantes de las ciencias, de la historia nacional, de las artes y de la filosofía. La legítima lucha del magisterio nacional es por la abrogación de la reforma como posibilidad de detener el tsunami cultural y educativo cuya monumental destrucción educativa cuya finalidad es formar un pueblo desconocedor de múltiples conocimientos; adaptable, tolerante con los depredadores neoliberales, conciliador con el ecocidio y genocidio; viviendo en la incerteza pública, laboral, alimentaria, territorial y cultural.

El duopolio televisivo y el monopolio cinematográfico saben de la pobreza cultural de su programación, son plenamente conscientes de su orientación enajenante, distorsionante y manipuladora, pero no les interesa el crecimiento cultural, ni siquiera están comprometidos con una industria del entretenimiento que acerque a la gente a la apreciación y creación artística, a la construcción de identidades humanizantes; son promotores de la cosificación de las personas y de la violencia. Lo mismo ocurre con los productores de los videojuegos, enajenar y lograr la mayor ganancia, son sus principales atributos.


[1] Aporte del Profesor y Filosofo Renahud Hernández Morales.

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