EDUCACIÓN LIBERADORA

EDUCACIÓN LIBERADORA EN PAULO FREIRE: contribuciones

Drª. Joelma Carvalho Vilar - DED

Drª. Sonia Meire Santos Azevedo de Jesus - DED/NPGED

UFS - Universidade Federal de Sergipe

INTRODUCCIÓN

En Brasil hablar de educación liberadora es substancialmente hablar de la teoría de Paulo Freire. El artículo trata de las bases teóricas de la educación liberadora, dando énfasis a la pedagogía de Paulo Freire y tiene como objetivo más grande estudiar las bases del pensamiento liberador y su influencia en el pensamiento pedagógico de la actualidad, teniendo como referencia el pensamiento pedagógico del MST- Movimiento de los Sin Tierra. El texto compone la tesis doctoral "Una experiencia de educación liberadora en el Estado de Sergipe- Brasil", desarrollada en la Universidad de Valladolid- España.

En este artículo se construye la trayectoria de la vida de Paulo Freire, así como la caracterización de los principios de la Educación Liberadora en Paulo Freire, a continuación se presentan las ideas fuerzas de la educación Paulo Freiriana, y por fin se intenta hacer una aproximación entre Paulo Freire y la pedagogía del MST, destacando así la contribución de la teoría de la educación para el pensamiento pedagógico de la actualidad.

1. Sobre Paulo Freire

En Brasil la educación vive actualmente un momento productivo. Los movimientos sociales están vivos y actuantes y la educación liberadora es el enunciado más avanzado de la tendencia de renovación pedagógica en el país. La corriente de educación popular liberadora (Scocuglia, 1989; 1997; 1999) empezó su actuación a finales de los años cincuenta e inicio de los sesenta del pasado siglo con la organización de grupos de educadores, artistas, estudiantes y profesionales de diversas áreas, movilizándose en la defensa de la consolidación de un proyecto popular de educación. En realidad, este es un período histórico de gran fertilidad de propuestas educativas, principalmente en la alfabetización, y no es posible pensar la educación liberadora sin asociarla a las ideas y a las palabras de Paulo Freire. Todo el proyecto educativo liberador en Brasil está relacionado con la lucha por los derechos, con los intentos de recuperación de la libertad y la emancipación humana, y Paulo Freire es el insigne representante de toda la teoría de educación liberadora.

Es conveniente contextualizar el momento histórico de formación de las ideas de Freire, sea a través de la historia personal, sea por medio de la trayectoria profesional del autor. Así pues, es importante conocer un poco de la biografía de Paulo Freire. Nacido el 19 de septiembre de 1921, en la ciudad de Recife (Pernambuco), de familia pobre, según Souza (2001), fue alfabetizado por sus padres bajo uno de los árboles típicos de la región nordeste, la manguera. Con esfuerzo, concluyó su carrera de derecho y, cuando hubo de defender su primera causa, desistió de la profesión y optó por el área de la educación, actuando con trabajadores urbanos y rurales, especialmente en el proceso de alfabetización (Souza, 2001; Freire, 1980).

A comienzos de la década de 1960, empezó a trabajar con la metodología que más adelante sería llamada el método Paulo Freire (Souza, 2001; Freire, 1980). Esta metodología tiene como objetivo alfabetizar utilizando las palabras del contexto sociocultural donde las personas están ubicadas. El método (Freire, 1967; 1980) preconiza la lectura crítica, creativa y autónoma de palabras y del mundo que las han generado. La metodología relega las tradicionales cartillas de alfabetización y se centra en la capacidad dialógica[1] entre profesor y alumno. El proceso de alfabetización propuesto desarrolla un concepto de cultura e historia en una visión liberadora, vinculando el proceso de alfabetización al de la concienciación.

Paulo Freire (Souza, 2001) realizó en la región nordeste, la región más pobre del Brasil, experiencias de alfabetización. La experiencia de la ciudad de Angico, estado de Rio Grande do Norte, fue la más significativa y en ella fueran alfabetizadas 300 personas en solamente 45 días. Este hecho impresionó a la opinión pública y así, en el gobierno de João Goulart, con el ministro de la Educación Paulo de Tarso Santos, Paulo Freire fue invitado para expandir su método de alfabetización a todo el país (Freire, 1980).

El trabajo de Paulo Freire se desarrolló en la década de 1960, cuando Brasil pasaba por fuertes cambios sociales relacionados con el desarrollo del capitalismo industrial y con iniciativas de redemocratización, en un escenario gubernamental que podría caracterizarse, de un lado, por la orientación "nacional-desarrollista"[2] y, por otro, la "populista"[3] (Scocuglia, 1997). Su trabajo era considerado conveniente para la política populista que tenía fuerza en aquella época en el país. La política populista presentaba como objetivo principal aumentar el número de votos en el momento en el que para ser elector hacía falta estar alfabetizado, dominar los procesos de lectura y escritura. Así pues, la ecuación aumento rápido del número de "alfabetizados" y, como consecuencia, de "electores", es favorable para mantenerse en el poder, justificando el apoyo del gobierno a una práctica pedagógica de carácter progresista.

Aparentemente, la falta de percepción de un gobierno de perfil populista sobre las implicaciones políticas de la metodología de Paulo Freire, hizo posible el desarrollo de una metodología vinculada a los objetivos de liberación y concienciación y no sólo de instrucción. La educación propuesta por Freire no sólo quería convertir la gente en electores, su práctica estaba involucrada en la pedagogía de la libertad.

El descuido de la política populista sólo se quedaba en el mundo de las apariencias. Tal y como indica la bibliografía sobre el tema, la política populista estaba preocupada en desmontar la política tradicional conservadora, manteniendo, sin embargo, el control de las acciones populares. Su propuesta es, pues, un intento de incorporar la democracia y el progreso por el camino del nacional-desarrollismo. Paulo Freire, coincidiendo en el mismo pensamiento, creía que Brasil se desarrollaría a través de la industrialización capitalista y del progreso de la nación. Sus palabras son esclarecedoras al referirse al período: "Al impulso de nuestra industrialización (...) resultará la retirada de millones de brasileños de un tipo de existencia bruta, ahistórica de consciencia intransitiva para formas históricas o espirituales de vida" (Freire, citado por Souza, 2001:42). Paulo Freire defendía la idea de construcción de una nación democrática, independiente y autónoma, basada en el fortalecimiento del Estado (Paiva, 1980).

La intencionalidad política de la praxis Paulo Freiriana en su tentativa de formar una propuesta de educación, entendida como instrumento de cambio de la conciencia y de la existencia de las personas en el mundo (Freire 1967; 1980; 2001), fue aprovechada por el populismo progresista en los primeros años de 1960. De manera voluntaria o no, Paulo Freire servía a la ascensión intelectual de los sectores más desfavorecidos de Brasil, pero sus ideas fueron utilizadas en las estrategias políticas del populismo en el poder.

De este modo, se diseñó entre los años 1963 a 1964 una campaña de alfabetización a nivel nacional, con la meta de alfabetizar a 2 millones de alumnos en ese período, empezando por la zona urbana y después la rural (Souza, 2001). Se realizaron cursos de formación de coordinadores en la mayor parte de los estados brasileños, incluyendo Sergipe (Freire, 1980). Pero todo este proyecto fue abortado por el golpe militar de 31 de marzo de 1964.

La oligarquía ve en este megaproyecto de alfabetización de la gente un obstáculo a su interés, y se opone a la posibilidad de alfabetización de la población, ya que eso representaría el aumento del número de electores. Precisamente, ese movimiento popular de alfabetización representaba una amenaza real para la situación política de aquel entonces, una vez que el Plan Nacional de Alfabetización aumentaría el número de electores. Así, por ejemplo, en el estado de Sergipe aumentaría en 80.00 electores, que habría que añadir a los 90.000 ya existentes (Freire, 1980); casi el doble de la población de votantes de la época. Exactamente por este cambio numérico, la alfabetización de la población era vista como un obstáculo por los sectores más reaccionarios de la sociedad brasileña. Forzosamente había que contener el proceso de extensión de participación de la población, especialmente en el derecho al voto.

En este escenario, Freire se presenta como el intelectual capaz de alfabetizar en un pequeño espacio de tiempo a miles de personas y con esto incomodaba a las fuerzas conservadoras de la sociedad de la época; su método aumentaba el electorado y estas fuerzas probablemente perderían su espacio político (Freire, 1967; 1980). Incomodaba, igualmente, porque el método podría presentar un impulso para la democratización del país. Así, en el año de 1964, con el golpe militar, Freire fue detenido y obligado a salir de Brasil (Souza, 2001).

Es importante destacar que el pensamiento de Paulo Freire ha cambiado a lo largo de su historia de vida y de su experiencia político-social, y en ese sentido es posible decir que existen diferentes fases de un mismo Paulo Freire (Scocuglia, 1997). Las categorías de su teoría educacional cambiaron de valor a lo largo de su producción teórica y de su experiencia. Autores como Heidegger, Sartre, Frederich Hegel, Antonio Gramsci, Karl Marx y otros dan diferentes matices a sus ideas. De hecho, es posible hablar de una historia de las ideas políticopedagógicas de Paulo Freire y notar, al profundizar en sus obras, una evolución en los conceptos de su pedagogía. Sobre esto el propio Paulo Freire escribe: "...no es posible entender la práctica que tuve, en toda su extensión, sin la inteligencia del clima histórico en que se dio" (Freire, 2002:20).

En los finales de los años 60, Paulo Freire formula las primeras matrices de una pedagogía liberadora a partir de la dualidad de la relación entre opresores y oprimidos y en las implicaciones de la educación para el proceso de humanización. En la década de los 70 y los 80 centraliza su pensamiento en la articulación entre los procesos de concienciación y su relación con la infra y supra-estructura, defiende la dialecticidad de la acción de denuncia de una realidad deshumanizada y anuncio de una realidad más humanizante, en una praxis eminentemente revolucionaria. Para los años de la década de los 90 la pedagogía de la esperanza ha sido el gran designio; articula la historicidad, la politicidad, la dialogicidad, la eticidad y la formación humana-técnica-científica con el principio de la indignación y de las utopías.

A continuación se esbozan los elementos de la pedagogía liberadora y las ideas/pensamientos que representan una síntesis del caminar de Paulo Freire, el "resultado" teórico de sus obras. Quizá sea una pretensión ambiciosa considerando la amplitud de sus trabajos, pero necesaria para adentrar en el pensamiento del autor.

2. Principios y categorías de la Educación Liberadora en Paulo Freire

En líneas generales, la educación liberadora incorpora en su teoría pedagógica matrices imperecederos de justicia, igualdad, diversidad, emancipación, formación humana y libertad, como señala Libânio (1987, 1997). Dicha concepción recupera la centralidad de los sujetos y el valor de la cultura y de los saberes producidos en la vida cotidiana de cada uno. La pedagogía liberadora, pone de manifiesto la importancia de los saberes de la vida y la necesidad de hacer una lectura crítica de la realidad para construir conocimientos y seguir continuamente produciéndolos.

En la educación liberadora diferentes presupuestos orientan la práctica pedagógica en lo que se refiere a la elección de los contenidos, de los métodos de enseñanza y de la relación entre profesor y alumno (Libâneo,1989; Gadotti, 1987). Las concepciones de enseñanza y de aprendizaje se distancian de las prácticas educativas tradicionales, presentando diferente concepción del ser humano y de la sociedad (Vasconcelos, 2001). Ser humano entendido como sujeto, y sociedad como resultante de las interrelaciones entre sujetos y el mundo.

La educaciónes una actividad en la cual el educador y el aprendiz, mediatizado por el mundo, se conciencian de su realidad, resultando en la actuación y la transformación social. Esta concepción educativa es antagónica a la educación que únicamente transmite conocimientos, llamada por Paulo Freire "educación bancaria" (Freire, 1987).

Los contenidosson extraídos de la problematización de las prácticas sociales de los alumnos, basados en los saberes que cada uno ha experimentado a lo largo de su propia vida. Así, lo importante es la construcción del conocimiento por las personas a partir de sus propias experiencias personales. La tradicional transmisión de conocimiento es considerada una verdadera imposición de saberes, calificada por Freire como una auténtica "invasión cultural"(Freire, 2002).

La metodología de enseñanza se basa en el diálogo, la dialogicidad es por excelencia el principio metodológico de la educación liberadora. En ello, alumnos y profesores, en la actividad de enseñanza y aprendizaje, ejercitan conjuntamente la actividad afectiva, cognitiva y social de producción de conocimiento. Aprender es un acto crítico de elaboración de conocimiento a partir de los saberes de cada uno en la vida y no solo una jornada mnemónica y de imposiciones de contenido.

La relación entre alumno y profesor eshorizontal, estos se posicionan como sujetos del conocimiento. El autoritarismo no tiene lugar en esta propuesta pedagógica, ya que esto entorpecería el movimiento intersubjetivo tan necesario para el desarrollo de la conciencia.

Freire desarrolla, juntamente con otros educadores y teóricos brasileños[4], las matrices pedagógicas de esta vertiente educativa basadas en las siguientes categorías analíticas: cultura, trabajo, historia, política y diálogo. A continuación se realiza un sencillo acercamiento a tales categorías:

Cultura

Para Freire, la cultura es entendida como creación del ser humano, es el proceso de trabajo del sujeto en relación con la naturaleza, con uno mismo y con los demás. "Cultura es todo lo que es creado por el hombre..." (Freire, 2002a:30). Lo que uno siente, piensa, habla y hace es fruto del trabajo humano inmerso en el contexto de una cultura. La cultura está en todas las esferas de la sociedad, pues es tanto el producto material y simbólico de la acción humana, como el proceso de creación y recreación de sentido y significado que el ser humano construye entre las personas y los grupos sociales. "Todos los productos que resultan de la actividad del hombre, todo conjunto de sus obras, materiales o espirituales, por ser productos humanos que se desprenden del hombre, se vuelven hacia él o le marcan, imponiéndole formas de ser y de comportarse también culturales..." (Freire, 2002a:57)

Freire (2001a) también considera que la cultura es parte fundadora de la dimensión política de la vida social, pues los signos y significados disponibles entre los hombres y mujeres para la creación de diálogo, instrumento clave en el proceso de alfabetización, pueden servir a la clase dominante o a la dominada. Para Freire (2002), la cultura puede ser apropiada por algunos grupos conforme a su interés y en su beneficio exclusivo. Según él, las palabras, las ideas científicas, filosóficas o religiosas y los valores éticos, pueden ser creados por un grupo e impuestos a otro. Este proceso es explicitado por el autor cuándo afirma que "desde el punto de vista de las clases dominantes, la acción cultural está al servicio de la preservación de su poder. De ahí la necesidad de la mitificación de la realidad..." (Freire, 2002:96). Así, Freire defiende la creación cultural por las clases dominadas de una política de acción cultural para la libertad en oposición al proyecto hegemónico de las clases dominantes.

Trabajo

Para Freire, el trabajo es el locus político-educativo de la práctica pedagógica; desde una perspectiva más amplia, es el espacio donde la cultura y la educación se realizan. A través del trabajo, los hombres y las mujeres se humanizan. Véanse las palabras de Freire: "...con su trabajo puede crear un mundo propio: su yo y sus circunstancias" (Freire 2002a:30). Esta categoría se ha desarrollado más ampliamente en la obra de Freire, principalmente en la década de los 70, por influencia del marxismo y la aproximación teórica infraestructural en este período (Freire, 1978; 1980; 1987; 2002). Ciertamente el trabajo se convierte en elemento importante para la transformación de la realidad: El trabajo es la categoría contextual de la actividad político-pedagógica de los docentes, es la guía de los contenidos escolares y de la alfabetización de los adultos (Scocuglia, 1997).

Historia

La historia es una de las categorías principales del pensamiento educativo Freiriano. Existen dos posicionamientos dicotómicos al respecto de la Historia: el primero, que Freire rechaza, se basa en la comprensión mecanicista de la historia, la cual reduce el futuro a algo inexorable y el presente al fatalismo, el segundo, que él defiende, se basa en la comprensión constructiva de la historia, donde el presente y el futuro es resultante de la intervención del hombre en sus relaciones sociales.

Freire (2001) combate la visión mecanicista de la historia que oprime a las mujeres y a los hombres en su capacidad de decisión y niega dicha capacidad de determinación. Los hombres y mujeres, así situados, no poseen fuerzas suficientes para cambiar la naturaleza de la realidad y la naturaleza misma de la historia. Dentro de esta visión mecanicista, Paulo Freire identifica tres maneras de comprender la historia (Freire, 2001:33-35):

i. La visión inmovilizadora, que tiene en el futuro la repetición del presente, de un presente de dominación;

ii. La concepción que reduce el mañana a algo ya establecido, el futuro ya está determinado, no es problemático; al revés, es inexorable;

iii. La concepción de la historia sometida a los caprichos de la voluntad individual.

Estas interpretaciones mecanicistas de la historia representan para Freire un equívoco que intentó combatir en gran parte de su obra (Freire 2001a; 2001b; 2002). Freire preserva una interpretación de carácter constructivo de la historia, donde los hombres y mujeres son condicionados por la historia, pero nunca determinados. La historia, según Freire, es realizada por los sujetos históricos: "Para mí, la historia es tiempo de posibilidad y no de determinación", afirma Freire (2001a:35).

Política

La dimensión política recorre la obra de Paulo Freire y alcanza todas las otras categorías teóricas. Es imposible pensar la cultura, el trabajo, la historia y la educación, sin imprimir en su lectura el rasgo político. Conforme Freire: "No es posible estar en el mundo como ser humano, sin estar con él, y estar con el mundo y con los otros es hacer política. Por tanto, hacer política es la forma natural de estar los seres humanos en el mundo y con él." (Freire, 2001b:109). Freire propone una acción educativa radicalmente política, no hay espacio para neutralidad, la educación tiene la función de contribuir como instrumento de cambio de la conciencia y de la existencia de las personas en el mundo y con el mundo. Por lo tanto, alfabetizar es un acto fundamentalmente político, en la óptica Paulo Freiriana.

Diálogo

Para Freire la educación precisamente se realiza a través del diálogo, es el fundamento metodológico para las acciones educativas que tienen como finalidad la producción de conocimiento a partir de los saberes producidos por los sujetos en su vida. El diálogo es el espacio de tránsito de saberes y de las relaciones interpersonales que humaniza las personas. El diálogo tiene por naturaleza una dimensión dialéctica que se establece en la relación entre las personas y el mundo. Al hablar del potencial humanizador y dialéctico del fenómeno dialógico, Freire sentencia:

"Existir, humanamente, es pronunciar el mundo, es modificarlo. El mundo pronunciado, a su vez, se vuelve problematizado a los sujetos pronunciantes, a exigir de ellos un nuevo pronunciar. No es en el silencio que los hombres se hacen, sino en la palabra, en el trabajo, en la acción reflexión" (Freire, 1987:78).

3. Ideas fuerzas de la educación Paulo Freiriana

Después de la lectura de estas formulaciones teóricas y prácticas en Paulo Freire, exponemos algunas ideas-fuerza que mueven toda la teoría de la acción educativa de Freire:

i. La educación para ser válida debe ser precedida de una reflexión al respecto del ser humano y de un análisis del medio de vida concreto (Freire, 2001a). El ser humano es el sujeto de la acción educativa y todo el proceso educativo debe necesariamente estar relacionado con la situación concreta en la que viven los hombres y las mujeres. Solamente de esa manera, respetando la dimensión espacio-temporal en que se está inserto, será posible hacer una educación que destaque su carácter político y antropológico.

ii. El ser humano se torna sujeto por una reflexión sobre su situación, sobre su ambiente concreto (Freire, 1980). Cuanto más reflexiona sobre la realidad, se tornará más consciente y capaz de transformar la realidad. Sólo una educación que desarrolla la conciencia y la actitud crítica en la cual elige y decide, libera al ser humano, integrando a su condición ontológica, su condición de ser.

iii. El ser humano, integrado en su contexto, reflexiona sobre este contexto y se compromete, se construye a sí mismo (Freire, 1980). El ser humano es capaz de reconocer realidades exteriores y establece relación con otras personas, y, precisamente a través de esas relaciones, se torna sujeto. En el acto de responder a los desafíos de la vida y en las relaciones con los otros, el ser humano se crea, se realiza como sujeto, ya que las respuestas llenas de crítica, de reflexión, de elección, de decisión, de organización y de acción, son elementos que promueven el crecimiento de un ser integrado en la realidad.

iv. Todo acto educativo es un acto político, no existe neutralidad en los procesos educacionales (Freire, 2001a). Es imprescindible que el hombre comprenda la dimensión política presente en la educación y que participe en las estructuras sociales y económicas que establecen las relaciones de poder y generan la ideología.

v. El ser humano se integra en las condiciones de su contexto de vida, reflexiona sobre su realidad y propone respuestas a los desafíos que se le presentan, el ser crea la cultura (Freire, 1980; 2002). Para Freire la cultura es la contribución del hombre a la realidad, es el resultado de la actividad humana en el esfuerzo creador de su trabajo de transformar y establecer relaciones de diálogo con otros hombres. Es lícito decir que los hombres y las mujeres crean cultura en el acto de establecer relaciones sociales, en el acto de responder a los desafíos de la naturaleza y también de criticar e incorporar a su propio ser la adquisición de la experiencia humana hecha por los que les rodean o que les precedieron.

vi. El ser humano, además de creador de cultura, es también constructor de la historia (Freire, 2001a; 2002). En la medida en que los sujetos piensan, optan, crean, los momentos históricos se hacen y se rehacen. El sujeto hace la historia, capta los desafíos y cuestiones de su época, actúa respondiendo a estos desafíos y crea así otra realidad.

vii. La educación debe permitir al ser humano llegar a ser sujeto, construirse como persona, transformar el mundo, establecer con los otros relaciones de reciprocidad, hacer la política, la cultura y la historia (Freire, 1980; 2001a; 2002).

De estas ideas fuerzas, que en líneas generales han delineado el pensamiento de Paulo Freire, se desprende el hecho de que el objetivo de la educación liberadora es provocar una actitud crítica de reflexión que implique al sujeto en acciones concretas. Paulo Freire acentúa la importancia del acto educativo, incluso reconociendo su dependencia de factores políticos, sociales y económicos, como elemento clave en la participación activa del sujeto en la historia, en la sociedad y en la transformación de la realidad.

4. Aproximaciones entre Paulo Freire y el MST

Los principios educacionales del MST están íntimamente relacionados con los principios de la educación Freiriana. En este apartado, se esbozará la relación de la pedagogía de Paulo Freire con los principios del MST. Como se podrá notar, hay mucha similitud entre las ideas propuestas; se puede decir que el MST bebe en la fuente de Paulo Freire, pues el pensamiento de este educador popular influencia fuertemente la composición filosófica y pedagógica del MST.

La cultura es entendida como elemento central para Freire (1980; 2002; 2002a) y el MST (1996; 2001a). Sobre esta categoría, véanse las definiciones de Freire y del MST: "...La dimensión de lo cultural en sentido amplio, antropológico-descriptivo, es todo lo que o hombre crea y recrea."(Freire, 2002a:56). "Entendemos por cultura todo aquello que las personas, los grupos y las sociedades producen para representar su decir o su modo de vivir, de entender y de soñar el mundo" (MST, 1996:19).

Ambos proponen que el educador conozca las formas de resistencia de las clases populares, sus fiestas, sus bailes, sus miedos, sus lenguas oral y escrita, sus religiosidades y, así, organice un programa de acción política y pedagógica que tenga en cuenta la actividad de la población. Las palabras de Paulo Freire hacen hincapié sobre esta cuestión: la práctica político educativa "... no puede desconocer, como he afirmado siempre, la lectura del mundo que vienen haciendo los grupos populares, expresado en su discurso, en su sintaxis, en su semántica, en sus sueños y deseos" (Freire, 1992:20). El MST, por su parte, la corrobora: "Los gestos, los símbolos, el arte, la forma de luchar de los Sin Tierra encarnan un movimiento cultural..." (MST, 2001a:46).

El papel de la educación es insertar a los grupos populares en el movimiento de superación del saber vulgar por el conocimiento más crítico. Sobre este argumento Freire así se manifiesta: "...lo que no es posible es el desrespeto al saber común; lo que no es posible es querer superarlo sin, partiendo de él, pasar por él" (Freire, 1992:84).

El MST presenta una lectura semejante: "Uno de los grandes desafíos pedagógicos del MST con su base social ha sido justamente el de ayudar a las personas a hacer una nueva síntesis cultural, que junte su pasado, presente y futuro en una nueva y enraizada identidad colectiva y personal"(MST, 2001a:46).

La cotidianeidad es un elemento común en la educación, tanto para Freire (2001) como para el MST (1996; 2001a), pues ambos consideran que las acciones que los hombres realizan conjuntamente con otros hombres deben ser motivo de estudio. Lo que sucede en la ciudad y en el campo, en las reuniones para rezar o para discutir derechos, debe ser afrontado por la curiosidad epistemológica de los sujetos. "O MST espera de sus escuelas que ayuden a politizar el cotidiano de las comunidades Sim Tierra y a trabajar su firmeza ideológica, para que logren hacer de sus acciones y cuestiones del cotidiano, prácticas que sumen en la lucha mayor, en el proyecto mayor" (MST, 2001a:55). Lo cotidiano es la clave para hacer la lectura del mundo y también la lectura de textos.

El hito pedagógico en la propuesta educativa para la alfabetización de adultos tanto en Freire (1986; 2002) como para el MST (1996; 2001a) es el trabajo. El MST y Freire exhortan a la inclusión de esta categoría en la práctica pedagógica, es común el entendimiento de que las personas se educan a través de las actividades que realizan.

Para Freire "en la medida en que los seres humanos actúan sobre la realidad, transformándola con su trabajo, que se realiza de acuerdo a como esté organizada a producción en esta o en aquella sociedad, su consciencia es condicionada..." (Freire, 2002:81).

Para el MST:

"En la propuesta de educación del MST, el trabajo tiene un valor fundamental. Es el trabajo que genera la riqueza; que nos identifica como clase; y que es capaz de construir nuevas relaciones sociales y también nuevas consciencias, tanto colectivas como personales... Vincular la educación con el trabajo es una condición para realizar nuestros objetivos políticos y pedagógicos" (MST, 1996:15).

El MST (2001a) educa construyendo un nuevo sentido para el trabajo en el campo a partir de la lucha por la Reforma Agraria y por las condiciones de producción en la tierra. En sus propuestas oficiales el MST defiende que: "Los Sin Tierra se educan intentando construir un nuevo sentido para el trabajo del campo, nuevas relaciones de producción y de apropiación de los resultados del trabajo... El MST espera de sus escuelas que se ocupen seriamente también de esta dimensión, educando para el trabajo y por el trabajo..." (MST, 2001a:53).

En este contexto, la historia gana un protagonismo en Freire, así como en el MST. Aprender del pasado, actuar en el presente, proyectando un futuro es el propósito del MST traducido en estas palabras: "La escuela puede guardar a raíz del Movimiento, ayudando en el cultivo de la memoria del pueblo y en la formación de su consciencia histórica. Fue aprendiendo del pasado que el MST se hizo como es... La historia se hace proyectando el futuro a partir de las lecciones del pasado cultivadas en el presente"(MST, 2001a:52). Paulo Freire, a su vez, postula la historia como un campo de posibilidades donde las utopías se materializan. " Todo mañana se crea en el ayer, a través del hoy. De modo que nuestro futuro se basa en el pasado y se corporifica en el presente..."(Freire, 2002a:33).

Para Freire (2001) y para el MST (1996; 2001, 2001a;) todo acto educativo es político e indica una posición ideológica de los sujetos educativos, y en ese sentido la neutralidad política no existe, es imposible. Sobre la politicidad de la educación el MST se pronuncia:

"Este es el horizonte que define el carácter de la educación e el MST: un proceso pedagógico que se asume como político, o sea, que se vincula orgánicamente con los procesos sociales que apuntan a la transformación de la sociedad actual, y a la construcción, desde ahora, de un nuevo orden social, cuyos pilares principales sean, la justicia social, la radicalidad democrática, y los valores humanistas y socialistas" (MST, 1996:6).

Y continua: "La educación es siempre una práctica política, en la medida en que se inserte dentro de un proyecto de transformación o de conservación social" (MST, 1996:16).

De igual manera, Freire afirma que "...la imposibilidad total de ser neutros frente al mundo, al futuro... nos coloca necesariamente ante el derecho y el deber de vivir la práctica educativa en coherencia con nuestra opción política" (Freire, 2001a:69).

Las acciones educativas están marcadas por posicionamientos ideológicos, y por esto el MST y Paulo Freire consideran importantes tanto el estudio de los contenidos escolares, como el análisis que de ellos se pueden hacer centrándose en la interpretación de la realidad. Así se comprende por qué el Movimiento y Freire anuncian la necesidad del desarrollo de la competencia científica y de la formación política. Educación y Política son elementos claves en la producción teórica de Freire y del MST.

El ideal educativo deliberación de hombres y mujeres son las proposiciones de Freire (1967) y del MST (1996), ambos presentan un proyecto de educación en función de la conquista de los derechos humanos, de atracción por los valores socialistas, de liberación humana, de la igualdad y la diversidad. No se encuentra en la obra de Freire una mención tan explícita a los valores socialistas, incluso identificando en sus obras la presencia de la corriente marxista, especialmente en la década de los setenta. El MST, por otra parte, defiende la radicalidad de estos valores: "Se trata de una educación que no esconde su compromiso en desarrollar la consciencia de clase y la consciencia revolucionaria, tanto en los educandos como en los educadores" (MST, 1996:6).

Con referencia a la conceptuación de estos valores, el MST elucida:

"Estamos llamando de valores humanistas y socialistas a aquellos valores, entonces, que ponen en el centro de los procesos de transformación a la persona humana y a su libertad, pero no como individuo aislado sino como ser de relaciones sociales que apunten a la producción y a la apropiación colectiva de los bienes materiales y espirituales de la humanidad, la justicia en la distribución de estos bienes y la igualdad en la participación de todos en estos procesos" (MST, 1996:9).

Paulo Freire (2001a, 2002a) y el MST (1996; 2001a) creen en el poder transformador de la educación. Aun comprendiendo las limitaciones de la educación, postulan la posibilidad de renovación que la práctica educativa puede proporcionar a la vida de las personas. Ambos comprenden la implicación de aspectos económicos, políticos y sociales, pero valoran la educación como elemento clave para la liberación social. La utopía es un elemento común, pues tanto el proyecto educativo del MST como el de Paulo Freire alimentan las proyecciones del futuro.

Freire afirma: "No siendo la palanca de la transformación profunda de la sociedad, la educación puede algo en el sentido de esta transformación" (Freire, 2001a:53).

El MST señala: "En primer lugar queremos destacar como principio fundamental nuestra profunda creencia en el ser humano y en su capacidad de transformación" (MST, 1996:9).

CONCLUSIONES

En la teoría Freiriana es posible decir que los sujetos descubren que gracias a su condición ontológica e histórica de ser sujetos pueden ampliar su entendimiento de la realidad e interferir de manera lúcida, forjando otra realidad a partir de la insatisfacción en la que están viviendo. En la concienciación de su situación opresora, verse como sujetos de derechos, -derecho a la vivienda, a la educación, al trabajo y a la salud, entre otros-, construye discernimiento acerca de la sociedad más amplia, temporaliza su vida, interpreta el presente y proyecta sus posibilidades hacia el futuro.

Comprendiendo la dinamicidad y complejidad del pensamiento de Paulo Freire, una persona en continuo proceso de construcción, aquí se esbozaron las principales ideas-pensamiento que fundamentan los conceptos de su teoría pedagógica y que orientan muchas prácticas actuales de la educación, a ejemplo del MST. Paulo Freire ha desarrollado una práctica pedagógica asentada en el principio de liberación, base de muchas propuestas educativas llevadas a cabo en los asentamientos ligados al MST.

A través de este acercamiento entre pensamiento pedagógico de Paulo Freire y del MST, se puede destacar la relevancia de la pedagogía liberadora Freiriana para el pensamiento pedagógico de hoy, y su muy valiosa contribución para la crisis paradigmática de la actualidad.

BIBLIOGRAFÍA

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Freire, P. (1992). Pedagogia da esperança: um encontro com a pedagogia do oprimido (10ªed.). Rio de Janeiro: Paz e Terra.

Freire, P. (2001). Educação e atualidade brasileira. São Paulo: Cortez.

Freire, P. (2001a). Política e educação (6ªed.) São Paulo: Cortez.

Freire, P. (2001b). Pedagogía de la indignación. Madrid: Morata.

Freire, P. (2002). Ação cultural para a liberdade e outros escritos (10ªed.). Rio de Janeiro: Paz e Terra.

[1] El diálogo, para Paulo Freire, es la base de todo el proceso educativo y pedagógico. En el pensamiento Freiriano es central la idea de que estamos en acción con el otro y, a la vez, con el mundo creando y recreando cultura a través del diálogo (Freire, 1987).

[2] Política estatal de incorporación de la dinámica de la economía-mundo a favor del proyecto de desarrollo nacional. El gobierno de Juscelino Kubistschekn (1955-1960), en su gestión administrativa, pretendía traer el progreso acelerado al Brasil en el modelo del capitalismo internacional. El slogan "cincuenta años en cinco" es bien representativo de este periodo.

[3] Política ambigua de apoyo a las clases económicamente favorecidas y, a la vez, a la clase popular. El gobierno de João Goulart (1961-1964) es representante de esta política.

[4] Como ejemplo se citan un par de nombres: Álvaro Vieira Pinto, escritor e intelectual ligado a las cuestiones populares, inspirador relevante de los escritos de Paulo Freire. Miguel Arroyo, profesor jubilado de la Universidad Federal de Minas Gerais, asesor de muchos proyectos populares, actualmente acompaña el sector de la educación del MST. 

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