BUEN VIVIR
El Buen Vivir, Tradición indígena
Fernando Huanacuni
Todo está interconectado, interrelacionado y es interdependiente
Vamos a compartir aquí en nuestra pacha, tiempo y espacio, todas las reflexiones de este torrente de las aguas y las vertientes de nuestros abuelos, de nuestras abuelas.
La enseñanza de los abuelos y abuelas no es sólo racional, tiene el ímpetu y la fuerza de la vivencia, la claridad de la mente y del corazón. Ante las nuevas condiciones de la realidad a las que nos ha llevado la modernidad, el desarrollo, el humanismo, el antropocentrismo, el deterioro de nuestra vida y la vida en su conjunto, hoy emerge vigorosa, fuerte, traslúcida, la voz de los pueblos indígenas originarios.
Tenemos que ir hacia algo, hacia alguna parte. En aymara decimos Taki, el camino sagrado. Indudablemente ahí aparece el allin kausay (quechua) sumak qamaña (aymara), vivir bien (castellano). Ese horizonte nos permite reconstituir nuestra fuerza, nuestra vitalidad, saber quiénes somos, cómo vivimos, con qué fuerzas, y quiénes nos acompañan.
Armonía y equilibrio
Vivir bien nos hace reflexionar que debemos vivir en armonía y en equilibrio. En armonía con la Madre Tierra. LaPachamama no es un planeta, no es el medio ambiente... es nuestra Madre Tierra. Vivir en armonía con el cosmos, porque el cosmos también tiene ciclos, ritmos; vivir en armonía con la historia, saber que estamos en tiempos del Pachakuti, la época del reordenamiento de la vida, de la revitalización de las fuerzas naturales ante la conducta anti-natura del pensamiento occidental.
Vivir bien es vivir en armonía con los ciclos de la vida, saber que todo está interconectado, interrelacionado y es interdependiente; vivir bien es saber que el deterioro de una especie es el deterioro del conjunto; pensamientos y sabidurías de nuestros abuelos y abuelas que hoy nos dan la claridad del horizonte de nuestro caminar.
El movimiento indígena originario, en el horizonte del vivir bien, no solamente busca reconstituir el poder político, social, jurídico o económico: esencialmente busca reconstituir la Vida, reencontrarnos con nosotros mismos.
Somos Pachamama
Somos hijos de la Madre Tierra, somos hijos del cosmos, por lo tanto no existe la dicotomía ser humano-naturaleza, somos naturaleza, somos Pachamama, somos Pachacamac, somos vida. Por lo tanto, somos responsables también como «agricultores de la vida».
En estas nuevas condiciones emergentes, reconstituir nuestra identidad es volver a los principios básicos convencionales, no humanos, sino de la vida, de la naturaleza. Volver a nuestra sabiduría, a nuestros ancestros, al camino sagrado. No es retroceder, sino reconstituirnos en los principios y valores que no tienen tiempo, que no tienen espacio.
¿Vivir en equilibrio con quiénes? Con todas las formas de existencia. «Todo vive», decimos en aymara: las montañas, el río, los insectos, los árboles, las piedras, todo vive; por lo tanto, es parte de un equilibrio perfecto de la vida. Y nosotros, para reconstituir el vivir bien, tenemos que vivir en equilibrio con todas las formas de existencia y no solamente con todo lo que vemos; incluso con lo que no vemos: nuestros abuelos, abuelas, nuestros ancestros, porque ellos también están con nosotros.
Proceso de naturalización
Salir de esa visión monocultural, uninacional, salir del «monocultivo mental». Así como el monocultivo ha deteriorado la madre tierra, la vitalidad y la fertilidad de la madre tierra, tenemos que salir del monocultivo mental que también ha deteriorado la capacidad natural que cada uno tenemos. Estamos emergiendo en estados plurinacionales, saliendo del estado colonial, de la república que solamente nos ha sumido en una individualidad humanista.
Cuando hablamos de vivir bien, estamos hablando de un proceso de naturalización, y no solamente de humanización, porque el proceso de humanización que Occidente ha planteado sigue viendo al ser humano como «el rey de la creación», y a los demás seres como objetos. Vivir bien significa entrar en ese proceso de naturalización, volver a nuestra naturaleza. Salir de las premisas de Occidente. Occidente dice: «ganar no es que sea todo, es que es lo único». Y nos sume en una competencia desleal, deshonesta entre humanos. Una competencia no solamente con los humanos, sino con todo tipo de existencia. Vivir biensignifica comprender que si uno gana o uno pierde, todos hemos ganado o perdido.
Vivir bien significa mirar bien el horizonte, reconocer que la vida humana no es el único parámetro, ni la forma de entender a través de lo racional es la única. En aymara decimos: «sin perder la cabeza, caminemos la senda sagrada del corazón». Es abrirnos a la vida, es comprender que la vida tiene facetas importantes para reconstituir la vida misma.
Reconstituir nuestra identidad
El Estado que estamos cuestionando -humanista, individualista, jerárquico, depredador, homogenizador...- emerge de una cosmovisión, y esa cosmovisión tiene un carácter individual, machista y humanista. Por lo tanto, para reconstituir la cultura de la vida en el horizonte del vivir bien, tenemos que reconstituir nuestra cosmovisión y eso significa nuestra identidad. Significa hacernos las preguntas fundamentales: quiénes somos realmente, qué corazón tenemos, quiénes han sido nuestros abuelos y con qué fuerza han podido caminar.
Éste es un tiempo de reordenamiento de la vida, pachakuti, decimos en aymara y quechua. Reordenamiento no solamente para alcanzar el poder político, sino, esencialmente, para reconstituir la vida. Ése es el mensaje de los abuelos y abuelas, y hoy repercute con más fuerza ante las condiciones adversas de la humanidad en las que el modernismo y el capitalismo nos han sumergido.
Vivir bien, no «mejor que»
Hay que diferenciar vivir bien del vivir mejor. Vivir mejor significa ganar a costa del otro, es acumular por acumular, es tener el poder por el poder. Pero vivir bien es devolvernos el equilibrio y la armonía sagrada de la vida. Todo lo que vive se complementa en un ayni que es una conciencia de vida; el ayni es la conciencia de que todo está interrelacionado. El árbol no vive para sí mismo; el insecto, la abeja, la hormiga, las montañas, no viven para sí mismos, sino en complementariedad, en reciprocidad permanente: a eso llamamos ayni.
Tiempo del Pachakuti
La gran pregunta es: para qué vivimos nosotros. Porque desde la visión occidental pareciéramos el virus que está deteriorando la vida misma en su conjunto, sin saber que el deterioro de cualquier especie, pequeña o grande, es el deterioro de todos nosotros y de la vida misma. Hoy nuestra generación despierta al llamado de una responsabilidad generacional: saber que nosotros no somos seres individuales, somos los ojos de los abuelos, somos la voz de los abuelos, por lo tanto también somos la acción y la esperanza de los abuelos. También somos la semilla de quienes van a venir después de nosotros, la semilla que va a aportar para que la cultura de la vida se fortalezca.
Ante las condiciones anti-natura, se fortalecen y se revitalizan las fuerzas naturales: ése es el tiempo en que estamos viviendo. Pachakuti: reordenamiento de la vida, un buen tiempo. Nosotros tenemos un abuelo que se llama Tata Avelino Siñani, que ha hecho la escuela ayllu, mostrando la pedagogía y el sistema comunitario de educación. Él decía que el mejor tiempo para ver es la oscuridad. En aymara decía: ahora es cuándo, no mañana, y no pasado, ahora. Por lo tanto toda esta sabiduría del vivir bien, nuestro horizonte, camino, fuerza del vivir bien, nos está mostrando la grandeza de la vida de nuestros abuelos y abuelas, hoy reflejada en la esperanza de nuestra generación.
Vivir bien es devolvemos el equilibrio y la armonía, comprender que hay ciclos de la Madre Tierra. Por lo tanto hay que sembrar y cosechar en su época, y no en otras épocas. Salir del monocultivo que ha destrozado nuestra vida y la fertilidad de la Madre Tierra. Salir del «monocultivo mental» que no nos permite ver tanta diversidad de la vida.
CORDINADORA ANDINA DE ORGANIZACIONES INDÍGENAS
"BUEN VIVIR, VIVIR BIEN"
Vivir bien desde las palabras de Evo Morales Ayma,
Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia
"Construir un socialismo comunitario en armonía con la Madre Tierra. Ésta es nuestra manera de estar en el mundo. Nuestra visión de armonía con la naturaleza y entre los seres humanos es contraria a la visión egoísta, individualista y acumuladora del modelo capitalista. Nosotros, los pueblos indígenas del planeta, queremos contribuir a la construcción de un mundo justo, diverso, inclusivo, equilibrado y armónico con la naturaleza para el Vivir Bien de todos los pueblos. Decimos Vivir Bien porque no aspiramos a vivir mejor que los otros.
No creemos en la concepción lineal y acumulativa del progreso y el desarrollo ilimitado a costa del otro y de la naturaleza. Tenemos que complementarnos y no competir. Debemos compartir y no aprovecharnos del vecino. Vivir Bien es pensar no sólo en términos de ingreso per-cápita, sino de identidad cultural, de comunidad, de armonía entre nosotros y con nuestra Madre Tierra.
Los pueblos indígenas del planeta creemos en un socialismo comunitario en armonía con la naturaleza. Un socialismo basado en el pueblo, en las comunidades y no en la burocracia estatal que antepone sus privilegios a los del conjunto de la sociedad. En nuestra práctica indígena las autoridades son servidores de la comunidad y no personas que se sirven de la comunidad.
Lo comunitario es aquello que antepone los intereses de la comunidad a los privilegios de unos cuantos poderosos. El socialismo comunitario es pensar en el bien común antes que en el beneficio individual. El socialismo comunitario es luchar por los derechos humanos, por los derechos económicos, sociales y culturales. Pero la gestión comunitaria, a diferencia de otros modelos que fracasaron en el pasado, piensa no sólo en el hombre sino en la naturaleza y la diversidad.
No se trata de seguir con un modelo desarrollista único, de industrialización a toda costa. Nosotros no creemos en el progreso ilimitado sino en el equilibrio y la complementariedad entre seres humanos, y fundamentalmente con la Madre Tierra. No tenemos muchas alternativas. O seguimos por el camino del capitalismo y la muerte, o avanzamos por el camino de la armonía con la naturaleza y la vida.
Los pueblos indígenas seguiremos hablando hasta lograr un verdadero cambio. Nuestra voz viene de lejos. Nuestra voz es la voz de los nevados que pierden sus ponchos blancos. No es fácil el cambio cuando los que han sido siempre poderosos tienen que renunciar a sus privilegios y ganancias. No tenemos muchas alternativas. O se mantienen los privilegios de esos poderosos o se garantiza la sobrevivencia de la vida en la Tierra. Esto que digo viene de mi propia experiencia. Hoy mismo, en mi propio país, tenemos que elegir. O esos privilegios o el Vivir Bien.
Sé que el cambio en el mundo es mucho más difícil que en mi país, pero tengo absoluta confianza en el ser humano, en su conciencia, en su capacidad de razonar y aprender de sus errores. Creo que los seres humanos somos capaces de recuperar nuestras raíces. Creo que el ser humano puede construir un mundo más equilibrado, un mundo diverso, un mundo que viva en armonía con la naturaleza, con la Madre Tierra".
VIVIR BIEN EN EDUCACIÓN
Desde la colonia hasta nuestros días el carácter de la educación que se imparte a todos los niveles y en todos los estamentos no ha cambiado mucho; a pesar de las reformas y de las buenas intenciones, aún conservamos una enseñanza antropocéntrica, individual, competitiva y desintegrada.
Después de la llegada de los españoles la educación estaba a cargo de la iglesia; quien quisiera educarse en aquellos tiempos debía pasar necesariamente por ladoctrina católica, siempre y cuando no fuese indígena, pues si lo era definitivamente no tenía acceso a ella. Pero cuando los europeos se dieron cuenta que podíamos servirles mejor si aprendíamos el idioma y sus costumbres y comenzaron a "educarnos", se hicieron de un instrumento mucho más poderoso para someternos ya no sólo físicamente, sino también mentalmente, una forma de colonización que continua vigente hasta hoy y que es aun más poderosa, pues nos hace parte del sistema colonial y a veces sus más fervientes defensores: ésta es precisamente la educación. Por lo tanto, la liberación de nuestras mentes pasa por restablecer nuestras propias formas de educación.
Posteriormente nos sumieron en diferentes modelos, enfoques y teorías: el modelo conductista, el enfoque constructivista, la teoría psicogenética de Piaget, la teoría histórico-cultural de Vigotsky, el aprendizaje significativo de Ausubel y otros, todos sumiéndonos en la racionalidad. La educación no es un área aislada de la política, la economía o la filosofía, es un pilar fundamental del proceso de cambio estructural en el horizonte del vivir bien.
Si hablamos de cobertura, en las condiciones actuales la mayor parte de la población está marginada de la educación, más aun los pueblos indígenas originarios, quienes tienen acceso mínimo a la educación colonizadora. En las áreas rurales existe mucha precariedad en cuanto a infraestructura en las escuelas y los gobiernos juegan con nuestra necesidad, haciéndonos creer que se preocupan por la educación, otorgándonos aulas, ampliando la infraestructura, dando más ítems en los colegios o dotándonos de computadoras.
A veces los maestros en algunos países son los defensores de la educación colonizadora, porque sus luchas en estos últimos años se han limitado a sus reivindicaciones laborales de sector, a pedir cada año aumento salarial, pero la educación colonizadora continua en las aulas. Una vez que les otorgan su aumento salarial vuelven a las aulas a seguir con el proceso de colonización a través de la educación actual.
Las universidades tampoco han aportado a la reflexión, sólo se han orientado a forjar profesionales para el mercado capitalista depredador. Bajo la lógica de "éxito" occidental siguen formando abogados, economistas, administradores de empresa, médicos, informáticos, etc., aunque sólo en la ideología colonizadora.
En Bolivia, gracias al ímpetu de los movimientos sociales y la propuesta de losmovimientos indígenas originarios, se ha iniciado un proceso de cambio. Muchos colegios, incluso los católicos, han introducido en su enseñanza la cosmovisión andina. Bajo ese parámetro también se ha inquietado a las universidades y se ha proyectado la Ley Avelino Siñani y Elizardo Pérez, pero esta ley lamentablemente sólo proyecta el enfoque histórico cultural de Vigotsky del constructivismo social y el diseño curricular se ha limitado a introducir contenidos de temas indígenas, sin cuestionar la estructura o la lógica individual antropocéntrica. Es por eso que se hace necesario generar y sistematizar nuestra propia pedagogía basada en nuestra propia teoría de los procesos psicológicos naturales de aprendizaje.
PEDAGOGÍA COMUNITARIA
En el mundo todavía no se ha sistematizado ni la pedagogía ni la educación comunitaria, por lo tanto salir de la educación colonizadora no sólo pasa por llenar la currícula con temas indígenas y menos repetir el enfoque histórico cultural, sino por generar desde nuestra cosmovisión nuestra propia teoría de los procesos psicológicos de aprendizaje y plantear nuestro propio enfoque y
EDUCACIÓN COMUNITARIA
Desde nuestra cosmovisión se concibe que todo es parte de la comunidad y la comunidad se entiende como una unidad más allá de lo social, por lo tanto los procesos de aprendizaje no pueden ser individuales o aislados del entorno, porque la naturaleza nos indica que todo está conectado. La vida de uno es complementaria a la vida del otro. Al final todo en la vida se expresa en una reciprocidad dinámica permanente. Entonces, en la educación comunitaria laenseñanza no puede estar aislada de la naturaleza, sino más bien debe enseñar, comprender y respetar las leyes naturales.
La educación que estamos cuestionando se ha forjado bajo la visión occidental, totalmente individualista; está dirigida simplemente a la educación del individuo. Es una educación antropocéntrica, gracias a la premisa de esa enseñanza occidental cristiana en la que el ser humano es "rey de la creación" y todo lo demás es inferior a él y puede usar y abusar de todo lo que no es humano. Esta educación pretende únicamente generar fuerza de trabajo y fomenta la competencia entre los alumnos; es decir, el mejor alumno, el peor alumno, el alumno regular. Si hay alguien que gana, siempre hay alguien que pierde, y si hay alguien que está mejor, habrá alguien que esté peor. Esto a su vez se expresa después en la vida laboral, donde el profesional también tiene que competir y desempeñarse bajo la "ley del más fuerte". Para reconstituirnos en el vivir bien, la educación es fundamental. Por eso la educación comunitaria debe ser restablecida en nuestras comunidades y en toda la sociedad.
La educación comunitaria está basada en un enfoque y principio comunitarios, no implica solamente un cambio de contenidos. Esto significa salir de la lógica individual antropocéntrica para entrar a una lógica natural comunitaria; salir de una enseñanza y evaluación individuales a una enseñanza y valoración comunitarias; salir del proceso de desintegración del ser humano con la naturaleza a la conciencia integrada con la naturaleza; salir de una enseñanza orientada a obtener sólo fuerza de trabajo a una enseñanza que permita expresar nuestras capacidades naturales; salir de la teoría dirigida a la razón para sólo entender, a una enseñanza práctica para comprender con sabiduría; salir de una enseñanza que alienta el espíritu de competencia a una enseñanza-aprendizaje complementaria para que todos vivamos bien y en plenitud.
CARACTERÍSTICAS DE LA EDUCACIÓN PARA EL BUEN VIVIR
LA EDUCACIÓN ES DE TODOS. Es decir que "permite asumir decisiones y responsabilidades en forma comunitaria entre todos los actores sobre asuntos educativos en espacios territoriales específicos como son el barrio, la zona, y la comunidad rural (o urbana)". "Comunitaria" implica también que la comunidad interviene en la educación; no solamente el maestro es el actor principal de la educación, sino toda la comunidad, entendiendo que la educación inicial empieza en la familia.
ES PERMANENTE. La educación no se inicia ni termina en las aulas, es permanente: la vida es dinámica, por lo tanto también la enseñanza y el aprendizaje lo son, permanentemente vamos aprendiendo y enseñando, no podemos decir un día que ya no queda nada que aprender o que ya lo sabemos todo, nunca dejamos de aprender y por ello es vital proyectar la educación fuera de las aulas.
ES CIRCULAR/CÍCLICA. Circular: el niño también le enseña al maestro; le enseña su alegría, su inocencia, su actuar sin temor, sin estructuras, una educación de ida y de vuelta, donde ante todo, compartimos la vida. Si seguimos bajo un proceso de enseñanza jerárquico, seguiremos proyectando el Estado jerárquico. Proyectar un Estado comunitario desde la educación requiere de un giro en ésta. Cíclica: porque todos y cada uno de los participantes asumirán en un momento dado todos los roles que se requieran de manera rotativa, lo que ayuda a que principalmente los niños y jóvenes expresen todas sus capacidades naturales y valoren a su vez la labor que realizan los demás.
EVALUACIÓN COMUNITARIA. El hablar de una educación comunitaria no implica despersonalizar a los estudiantes o anular la evaluación individual, que también es importante. Se trata de comprender que todo está integrado e interrelacionado, que la vida es un tejido y en él todos tenemos un lugar. En ese sentido, los estudiantes no son entes aislados sino seres integrados que son parte esencial de la comunidad. De qué sirve tener las mejores calificaciones en la escuela y en la casa ser un mal hijo o hija. Por lo tanto, en la educación comunitaria también la evaluación es comunitaria. La enseñanza, aprendizaje y evaluación comunitaria nos devolverá la sensibilidad con los seres humanos y la vida y la responsabilidad respecto a todo lo que nos rodea.
Toda la comunidad asume la responsabilidad de educar directa e indirectamente y el equilibrio de esta comunidad para vivir bien será también responsabilidad de cada educando. Si tan sólo uno está mal, todos seremos responsables y nos incumbe a todos porque todos estaremos mal también, así que la evaluación definitivamente es también comunitaria. De las premisas que partamos para dar la dinámica de enseñanza-aprendizaje dependerán también las premisas que regirán lo que va a ser nuestra sociedad. Y no se trata sólo de un cambio de términos, sino de una relación diferente, con la comunidad como base.
METODOLOGÍA NATURAL. Bajo la metodología cartesiana, Occidente afirma: "ver para creer", lo que induce a una forma de enseñanza de lógica materialista, que reconoce solamente la física mecánica y limita la percepción a lo visible material, al efecto, al fenómeno, cuando la vida no solamente es un conjunto de efectos, hay una serie de causas que se relacionan a esos efectos que no siempre son visibles; del otro lado existe un mundo invisible, un mundo intangible, ese mundo que determina nuestra forma de existencia. Entonces, la nueva metodología de enseñanza no sólo será para la razón; también considerará a ese otro mundo no lógico para sensibilizarnos e involucrarnos en él.
Pasar de lo individualista a lo comunitario significa devolvernos la sensibilidad y la percepción de la vida, a través del afecto principalmente, y no solo de la percepción a nivel humano, sino de todo ese multiverso que nos rodea, en el que la relación ya no tendría que ser de sujeto a objeto, sino de sujeto a sujeto, pues animales, plantas, la montaña, el río, la piedra, la casita... tienen energía, por lo tanto vida y forman parte del equilibrio de la comunidad.
Para los pueblos indígenas, la metodología nos la da la naturaleza, lo objetivo carece de valor, porque lo objetivo sólo permite una simple aproximación y no una interacción con el conjunto. Al asumir que hay eventos o partes "fuera de", sólo 38 reafirmamos formas de evasión. En la metodología natural de la pedagogíacomunitaria de los pueblos originarios, se asume la responsabilidad, porque 39 sabemos que ninguna persona que se aproxima a alguien o a algo deja de inferir en ello; inevitablemente lo altera, por lo tanto el que interactúa y modifica una realidad tiene que asumir la responsabilidad de esa relación.
La educación debe trascender el aula y formar seres humanos que puedan empezar a dinamizar la vida en una relación de equilibrio y armonía. Hay que replantear muchos aspectos, muchas premisas que nos devuelvan el equilibrio y la armonía con nosotros mismos y con todo lo que nos rodea. Generar a través de la educación algo más que fuerza de trabajo. Devolvernos el respeto hacia todo lo que nos rodea, devolvernos la sensibilidad a aquello que nada tiene que ver con la razón, lo cual sólo es posible a través de la práctica comunitaria.
EDUCACIÓN INTERCULTURAL BILINGÜE. Los pueblos indígenas originarios proponen una educación intercultural bilingüe, que permita el conocimiento de la cultura occidental y la valoración de su propia cultura a través de la enseñanza de las formas de relación comunitarias, las ceremonias y la cosmovisión propia. En la educación occidental, el proceso educativo se disgrega: teoría por un lado y práctica por otro (si es que alguna vez se llega a practicar lo aprendido). En la educación comunitaria el proceso es uno solo, se enseña y se aprende a la vez, porque las condiciones para el maestro son diferentes de las condiciones para el niño, que al participar en la ceremonia o en la actividad de grupo, está viviendo ese pensar-haciendo y aprender-haciendo.
EDUCACIÓN PRODUCTIVA. Partimos del principio de que la naturaleza es productiva, por lo tanto la educación comunitaria tiene que ser también productiva. En nuestras comunidades la enseñanza-aprendizaje está ligada a la vida cotidiana, por ejemplo de la siembra y la cosecha. Lo comunitario no se limita a la enseñanza teórica racional cognitiva del ser humano: aporta a la comunidad de manera práctica. Es decir, no vamos a aprender sólo para fines de recreación intelectual sino para generar la acción, que es la naturaleza de toda forma de vida. La acción genera productividad, pero no la acción individual sino la acción complementada. Por lo tanto, la pedagogía comunitaria, para ser productiva, necesariamente tiene que estar ligada a las leyes del multiverso, en equilibrio y armonía con la Madre Tierra y el Cosmos; la pedagogía expresada de manera natural en las comunidades está siempre ligada a los ciclos de la vida. De otro modo, la educación está descontextualizada de su entorno y de la vida.
La productividad está relacionada con la complementación, entonces al comprender y practicar valores como el ayni (de reciprocidad y complementariedad), por ejemplo, nos devolvemos nuestra propia naturaleza de ser productivos. El fruto es producto de la convergencia de muchas fuerzas y energías, no solo de la acción mecánica de sembrar; para que la semilla se convierta en fruto, muchos seres aportaron con sus fuerzas: el Padre Sol, la Madre Luna, el Padre Lluvia, la Madre Tierra, la Madre Agua, los gusanitos, el viento, etc. Entonces, nosotros recuperaremos nuestra productividad cuando recuperemos la acción comunitaria complementaria.
CAPACIDAD NATURAL. La naturaleza ha otorgado a cada uno capacidades como la voz, el canto, la habilidad en las manos, capacidad de expresar detalles, capacidad de iniciar, de concluir, de razonar de manera abstracta, de manera concreta, de alentar, de curar, de expresar energía fuerte, energía débil, de paciencia, dinamicidad, de crear, de bailar, de cuidar, capacidad emotiva, habilidad en los pies, capacidad de describir, de escuchar y muchas otras. Estas capacidades son naturales, fluyen como el río, el ser humano no tiene que hacer mucho esfuerzo para expresar lo que la naturaleza le dio. Existen capacidades naturales: a) capacidad natural de la especie, por ejemplo lo humano, los perros, los árboles, los insectos, etc., b) capacidad natural de género, hombres y mujeres, y c) capacidad natural particular dentro de la especie, por ejemplo una mujer no es igual a la otra, ni un varón es igual a otro.
La educación comunitaria tiene que generar espacios primero para descubrirse en su capacidad y luego para amplificar su capacidad natural. Esto no significa aislar las capacidades sino generar espacios complementarios con otras capacidades. La vida florece cuando hay diálogo, cuando hay complementación, cuando hay reciprocidad, cuando hay deliberación.
La capacidad cuando es natural es plena y nos permite vivir con intensidad. En aymara Sinti pacha significa tiempo intenso: capacidad de vivir plenamente, teniendo conciencia de lo que se hace cada segundo de la vida. Esto debe devolvernos hoy la educación.